El efecto Coriolis, descrito en 1835 por el  científico francés Gaspard-Gustave  Coriolis, es el efecto que se observa en un sistema de referencia en rotación  (y por tanto no inercial) cuando un cuerpo se  encuentra en movimiento respecto de dicho sistema de referencia. Este  efecto consiste en la existencia de una aceleración  relativa del cuerpo en dicho el sistema en rotación. Esta  aceleración es siempre perpendicular al eje de rotación del sistema y a  la velocidad del cuerpo.
El efecto Coriolis hace que un objeto que se mueve sobre el radio de  un disco en rotación tienda a acelerarse con respecto a ese disco según  si el movimiento es hacia el eje de giro o alejándose de éste. Por el  mismo principio, en el caso de una esfera en rotación, el movimiento de  un objeto sobre los meridianos también presenta  este efecto, ya que dicho movimiento reduce o incrementa la distancia  respecto al eje de giro de la esfera.
Debido a que el objeto sufre una aceleración desde el punto de vista  del observador en rotación, es como si para éste existiera una fuerza  sobre el objeto que lo acelera. A esta fuerza se la llama fuerza de  Coriolis, y no es una fuerza real en el sentido de que no hay nada  que la produzca. Se trata pues de una fuerza inercial o ficticia, que se  introduce para explicar, desde el punto de vista del sistema en  rotación, la aceleración del cuerpo, cuyo origen está en realidad, en el  hecho de que el sistema de observación está rotando.
Un ejemplo canónico de efecto Coriolis es el experimento imaginario  en el que disparamos un obús desde el Ecuador en dirección norte. El  cañón está girando con la tierra hacia el este y, por tanto, imprime al  obús esa velocidad (además de la velocidad hacia adelante de la carga de  impulsión). Al viajar el obús hacia el norte, sobrevuela puntos de la  tierra cuya velocidad líneal hacia el este va disminuyendo con la  latitud creciente. La inercia del obús hacia el este hace que su  velocidad angular aumente y que, por tanto, adelante a los puntos que  sobrevuela.
Si el vuelo es suficientemente largo, el obús caerá en un meridiano situado al este de aquél desde  el cual se disparó, a pesar de que la dirección del disparo fue  exactamente hacia el norte. Análogamente, una masa de aire que se  desplace hacia el este sobre el ecuador aumentará su velocidad de giro  con respecto al suelo en caso de que su latitud disminuya. Finalmente,  el efecto Coriolis, al actuar sobre masas de aire (o agua) en latitudes  intermedias, induce un giro al desviar hacia el este o hacia el oeste  las partes de esa masa que ganen o pierdan latitud.
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