viernes, 1 de enero de 2010

Rocío


El rocío es un fenómeno físico-meteorológico en el que la humedad del aire se condensa en forma de gotas por la disminución brusca de la temperatura, o el contacto con superficies frías. Se habla de rocío en general cuando se trata de condensación sobre una superficie, usualmente la cubierta vegetal del suelo.

Es un fenómeno vinculado con la capacidad del aire para incorporar y retener vapor de agua. Para una temperatura dada del aire, existe un contenido de vapor que está en equilibrio con una masa de agua y es conocido como vapor de saturación. Esta capacidad máxima es creciente en la medida que la temperatura del aire aumenta. Así, a nivel del mar, un ambiente a 30 °C el agua líquida está en equilibrio con 27 g de vapor/kg de aire seco, mientras que en el mismo ambiente, a 0 °C el equilibrio se alcanza con 4 g de vapor/kg de aire seco. De este modo, cantidades adicionales de vapor de agua por evaporación forzada (por ejemplo al hervir agua en un recinto cerrado), o un descenso de temperatura, provocan la condensación de este exceso de vapor de agua por sobre la cantidad necesaria para la saturación. Una de las formas de producción de rocío tiene que ver con el enfriamiento nocturno del suelo (y de la capa de aire adyacente) debido a la pérdida neta de energía por emisión de radiación infrarroja. Esta pérdida de energía es mayor en noches despejadas y frías cuando el efecto invernadero de las nubes no existe, haciendo posible alcanzar el punto de saturación, formándose rocío.

Si la temperatura del aire es menor de 0 °C o el punto de congelación del agua, entonces en lugar de rocío se forma escarcha. El fenómeno físico es el mismo aunque las propiedades físicas son distintas (por ejemplo, el valor del vapor de saturación es distinto si se considera respecto del hielo que respecto del agua líquida).

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